ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO II  
LOS PRE - CINÉTICOS
 
02/07 1944. TORRES GARCIA Y EL CONSTRUCTIVISMO     

 

 El país se encuentra en los umbrales de una nueva etapa, que ya se anuncia en los preparativos de la revolución de 1943 y en las movilizaciones de una clase trabajadora que gana espacio en el viejo diseño de la Argentina agro-exportadora[27].

             La Nación entraba en un proceso de transformaciones de todo orden que alterarían al hábitat nacional.

              Había nacido la Era Atómica en 1945, la cibernética era realidad, y con la pila de uranio otorgaban otra realidad a la civilización del siglo XX; un nuevo racionalismo acorde a las estructuras en cambio se imponía en las artes plásticas de Argentina, hasta entonces controlada por los grupos conciliatorios afectos a la Escuela de París, los que exhibían su agotamiento y su distanciamiento a las formulaciones determinadas por el crecimiento industrial y la actualidad tecno-científica.

               Junto a los aportes acerca del Bauhaus de la fotógrafa Grete Stern, y el trascendido de las teorías del pintor uruguayo Joaquín Torres García, enrolado en el constructivismo, los artistas jóvenes interesados por las vanguardias estéticas comentaban los movimientos relativos, la energía emitida por cuantos, electrones rotatorios, paralelos que escoran y rectas infinitas en pos de estructurar una nueva semántica.

               Un papel trascendente cúpole en esta renovación a Joaquín Torres García, cuyos primeros conceptos teóricos se conocieron en Buenos Aires merced a un reportaje, posteriormente recogido por los iniciadores del Movimiento Concreto, de esencia geométrica. Decía Torres García:

Lo que quiere hacer un constructivo ante todo y sea introduciendo o no formas naturales dentro de su geométrica expresión, y sea en monocromismo o en colores, es una “construcción”. Y por esto, su característica es el “ritmo”: es decir, una creación estética independiente basada sobres sí misma. De ahí que la unidad sea su indispensable soporte o fundamento. Tal concepción, ya no hay que decirlo, es completamente moderna y pone en evidencia la evolución de este aspecto del arte plástico. Por eso, desde este punto de vista quise dar más importancia al arte constructivo sobre la pintura. Pero a pesar de eso, ni yo puedo abandonar a la pintura, porque soy pintor, ni menos condenarla. Ha de haber pintores y constructivos. La manifestación “arte”, hoy es una concepción estética en el ritmo.

¿Qué sería lo moderno?

En este momento del mundo tiene que ser un “realismo” absoluto.

Lo concreto, en todo, sin añadir ni quitar nada a las cosas. Un objetivismo total, y por esto, de acuerdo con lo puro, con la razón universal. Sería una reintegración a lo estético.

Por esto, el arte opera solamente con el “plano de color” y la “línea” dentro de una expresión geométrica.

“Arte planista” sin tercera dimensión, barrido todo elemento no concreto. Excluye todo lo que trata de crear una “ficción” o de dar una “expresión” cualquiera o de establecer otro orden, aparte de éste puramente “realista”. Un arte que trabaje sólo con “elementos plásticos” y no con “objeto”(cosas). Y este arte es el que corresponde a nuestra época, porque entiende que el arte debe poner “permanentemente” en la “evolución”[28].

 

 

 

 

[27]   Jorge B. Rivera. Ob. Cit.

[28]   Periódico “Correo Literario”. Artículo “Un pintor constructivista: Joaquín Torres García”.

Oscar Félix Haedo, 11-6-1964. Bs. As.

 

 

 

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LOS PRE - CINÉTICOS