ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO X
CINETISMO SOCIOLOGICO Y EPISTEMOLOGICO
 
10/02 MARTA MINUJIN     


            Una joven pintora de iniciación en la corriente del Informalismo –Marta Minujin, 22 años de edad- opta en 1965 en la ciudad de Buenos Aires por introducir en el ámbito artístico al happening, el suceso, la ambientación y la performance con el propósito de transformar a determinados elementos de uso cotidiano (la televisión, el teléfono, el proyector de diapositivas, la radio, el grabador, la filmadora, la luz neón, la máquina fotográfica, aparatos de transmisión musical, etc.) en los elementos integrantes de una creación artística, pero dotando a los objetos citados de características cinéticas en una propuesta de intenciones sociológicas: la búsqueda de un tipo nuevo de comunicación con el espectador.

            En las variadas propuestas de Minujin –happening, suceso, performance, ciertos enviroments o ambientaciones- lo pictórico, lo escultórico, acústico y visual tendían a motivar estéticamente al espectador en menor grado con relación al interés por determinar su acción, originando la necesaria colaboración de elementos procedentes de la tecnología.

            Al analizar esta corriente artística dijo Bértola: “La sorpresa, el humor, el asombro, la diversión, el juego, lo imprevisto, lo fantástico, lo imposible, figuran entre las más importantes categorías estéticas del arte cinético. Ellas hacen de la obra cinética un objeto ideal para comunicarse con el gran público”, calificándolas de obras – juego; Jorge Romero Brest declara: “…el avance de la tecnología conduce a otras modalidades del arte como el señalamiento poético de situaciones que no perduran; Aldo Pellegrini insta a recurrir a Marshall Mc Luhan, quien afirma que “La situación humana total debe ser considerada una obra de arte”, recordando con el americano Kaprow (creador del happening) que estos son “un collage de acontecimientos, vitales, dinámicos”.

            Para arribar a esta problemática, Marta Minujin declara que –tras haber frecuentado al Informalismo y el Pop – Art- inicia su búsqueda.

Dejé la pintura porque había llegado a la convicción de que el medio no me servía, yo pretendía una mayor participación del espectador; lo que empecé a intuir a partir de determinado momento fue la necesidad de un arte que trasmitiese vida a la gente. Salí definitivamente de la pared y creé formas en el espacio a las que la gente pudiese penetrar: es así como comienzan las ambientaciones.

Y simultáneamente los happenings en los que movía a la gente a participar en forma compulsiva, a través de mecanismos detonantes que no existían en las ambientaciones, en las que si bien el espectador también realizaba actos diferentes, no era impulsado a la acción por medios compulsivos.

A partir de allí se sucedieron once años de creación en los que me aboqué totalmente a la realización de ambientaciones, happenings y performances.

Pero el mismo desarrollo de estas posibilidades me fue sumiendo en un inconveniente casi insalvable; fui necesitando cada vez la utilización de elementos más complejos –que tenían que ver con la televisión en colores, los rayos láser, toda la electrónica- hasta que llegó un momento en que me di cuenta de que ya no podía seguir consiguiendo lo que hacía falta.

Ya la ambientación más cara había sido el Minucode (cuatro cócteles filmados) y después Importación – Exportación, en Argentina, que ya tenía cualquier cantidad de elementos electrónicos y tecnológicos, pero luego de eso vino otro proyecto que se basaba totalmente en la tecnología electrónica y que me fue imposible llevar a la práctica por cuestiones puramente económicas.[116]

 

 

 

[116] “La pintura me da libertad”, conversación con Marta Minujin. Edición de Citadella SACIFI y A, Bs. As.

 

 

 

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CINETISMO SOCIOLOGICO Y EPISTEMOLOGICO