ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO II  
LOS PRE - CINÉTICOS
 
02/02 1918. BARRADAS Y EL VIBRACIONISMO        
 

            ¿Qué había acontecido en las bellas artes nacionales durante este proceso de cambios de estructura en variados sectores nacionales?

            El Museo Nacional de Bellas Artes y un aula oficial se habían instituido en 1905-1906 dentro de una estética romántica y naturalista, quebrada desde 1900 por Martín Malharro, difusor en el país del impresionismo con su mirada puesta en los problemas lumínicos del paisaje nacional; lo seguían Cesáreo Bernaldo de Quirós, Fernando Fader, Faustino Brughetti y Eduardo Sívori.

            Cuando la información que el público y artistas de Argentina poseían acerca de los procesos estéticos desarrollados en Europa era reducida –en primer término por la Primera Guerra Mundial (1914-1918), y, en segundo término por el espíritu de tono literario y conservador de la crítica local- se reproduce en el periodismo porteño a una pintura de vanguardia como un hecho inusual. Se trataba del óleo Colegiala (proceso dinámico) del uruguayo Rafael Pérez Barradas, exhibido en la galería española “Dalmau”. El epígrafe de la ilustración decía:

 No quiere este pintor que se lo clasifique entre futuristas, ni cubistas, ni planistas…Quiere ser él, único y solo, y si con algún nombre hubiésemos de clasificarlo sería con el de emocionista del color. Es este elemento lo que más nos interesa en sus cuadros; con el color está enmaridada su alma y con el color da la impresión de una cosa, de una persona, de un movimiento[20].

           Barradas reproducía pictóricamente un movimiento real (la marcha de un carruaje) mediante la superposición de imágenes de ruedas sobre siluetas humanas, con colores planos y geometrizantes, obteniendo una motivación de orden perceptivo a través de Colegiala, con lo que iniciaba al Pre-Cinetismo en el Río de la Plata.

            Con anterioridad a su viaje a Europa (1913), durante una estadía en Buenos Aires, Barradas se había relacionado con la intelectualidad porteña –el poeta Francisco Luis Bernárdez, entre otros- logrando interesarla en su teoría vibracionista, que aplicaría en su pintura con éxito a partir de 1916.

El vibracionismo es cierto movimiento que se determina fatalmente por el paso de una sensación de color, a otra correspondiente, siendo cada uno de estos acordes, diversas notas de armonías distintas, fundidas entre sí por acordes más o menos sordos en gradaciones cada vez más opacas. Consideremos la forma geometrizante. Tal círculo, está formado por una serie de ángulos; tal forma irregular nos la da un rectángulo; tal objeto está sólo iniciado. Es que cada forma de ésas buscará de complementarse o de rectificarse en el espectador. Así logra el artista otros modos de vibración, algo vivo que no darían los objetos representados tal como son, o completos[21].  

       La teoría del uruguayo inició los planteos vanguardistas en Argentina que serían acentuados, desde 1924, por el platense Emilio Pettoruti, Xul Solar, el teórico del futurismo Filippo Tommaso Marinetti, y, desde 1933 por Juan del Prete; la influencia estética de Barradas perduró en las retrospectivas de su obra en la “Wagneriana”(1930), “Amigos del Arte” (1933) y el Museo Nacional de Bellas Artes (1960) con renovadas pinturas con imágenes dinámicas constituidas en lecciones pre-cinéticas.

 

ENLACES COMPLEMENTARIOS:

Emigrantes uruguayos en la construcción de las mitologías urbanas barcelonesas:
los casos de Joaquín Torres-García y Rafael Barradas. Abelló Güell,

http://cdsa.aacademica.org/000-108/429.pdf

 

 

 

 

 

 

 

 [20] Revista “Plus Ultra”. 1918. Bs. As.

[21] . Revista “Plus Ultra”. 1918. Bs. As.

 

 

CAPITULO II  
LOS PRE - CINÉTICOS