ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO XI
LA QUIETUD INQUIETA
 
11/07 LA ESCULTURA – EL GRABADO    

 

            El interés por inquietar las formas, pero sin llegar a configurar la obra cinética, trasciende a la escultura y el grabado con similar división de corrientes: figurativa, no figurativa (o abstracta) y geométrica, con la incorporación del gesto activo pero sin perder sus respectivas personalidades.

            Ello ocurre en la escultura con Noemí Gerstein, Pablo Curatella Manes, Julio Geró, Líbero Badii, Ricardo Giannetti, Martín Blaszko, Ferruccio Polacco, Silvio Giangrande, Sabelli, Sitro, Rubén Elósegui, Magda Frank, Juana Heras Velasco, Felipe O. Aldama, Víctor Marchese, Héctor Nieto, Luis Balduzzi y Esther Gurevich.

            El grabado cuenta con un pequeño núcleo de adherentes a las formas cinéticas en las obras de Alicia Orlandi, Jorge Luna Ercilla, Fernando López Anaya, Albino Fernández, Manuel Espinosa, Daniel Zelaya, Romero y César Ariel Fioravanti (Gran Premio de Honor del Grabado en el Salón Nacional de 1971).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CAPITULO XI
LA QUIETUD INQUIETA