CAPITULO II
LOS PRE - CINÉTICOS |
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02/01 |
1890.
BUENOS AIRES MODERNO
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Crisol de culturas, por ende de estéticas, Argentina
también incorporó al
Arte Cinético
como un objetivo
más para el artista plástico, siendo ello el fruto lógico de un
largo proceso previo donde los variados quehaceres del hombre
–ciencia, tecnología, industria, filosofía, las artes, etc.-
asimilaron sucesivas y constantes transformaciones, las que
eclosionaron en las bellas artes con el
Manifiesto Concreto
(1944) de inspiración geométrica y esencialmente racionalista.
La primera aproximación cultural hacia el modernismo, en
Buenos Aires, lo aportaba en 1888 el poeta nicaragüense
Rubén Darío,
en oposición a una literatura tradicionalista, romántica y
naturalista; era el tiempo en que el diario “La Nación” duplicaba
sus ediciones al incorporar la impresión por rotativa (1885) para
atender a la población que asimilaba 231.000 inmigrantes (1890)
hasta totalizar 1.340.000 pobladores en el
Centenario de Mayo
(1910); estos eran absorbidos por una incipiente industria nacional
que manufacturaba los frutos de la tierra.
La
Primera Guerra Mundial determinaría la expansión
industrial hacia otros sectores (construcción, metalurgia, etc.)
enfrentando a la dominante economía agropecuaria que otorgaba al
país el calificativo de “granero del mundo”.
En 1892 circuló en la Capital Federal el primer
automóvil (marca Benz) conducido por
Dalmiro Varela Castex,
precediendo al
primer tranvía eléctrico
(1900) y un ascenso en globo
(1908), seguido de la inauguración de un subterráneo que unía Plaza
de Mayo – Caballito en contados minutos (1913).
Los festejos mayos fueron la ocasión propicia para el
primer vuelo aéreo en el país a cargo del francés
Bregi, la entrega
de los primeros brevets a los pilotos argentinos
Florencio
Parravicini, Carlos Gofrey y
Jorge Newbery, junto a la celebración
de los 27.000 km de vías férreas instaladas.
También la cultura asimilaba medios auditivos y visuales
con la dinámica como esencia, acordes al siglo XX en pleno proceso
de transformaciones: en 1896 se exhibía en el teatro Odeón la
primera película de
Lumiere (La llegada de un tren); en 1920
la radiotelefonía eliminaba tiempo y distancias, sumándosele en 1951
la televisión con el canal 7 aportando la imagen en movimiento en el
área de la comunicación visual.
En este año se censaban millares de fábricas en el Gran
Buenos Aires, se incorporaba la
usina San Nicolás y la electrónica,
y, en 1953 el Institec producía el
primer auto de carrocería
plástica; en 1960 el auge logrado por la industria le otorgaba el
35% del producto bruto medio en oposición al 15% destinado al sector
agro-ganadero, porcentaje determinador del acercamiento y la
cooperación de las industrias -conjuntamente con sectores
tecnológicos y científicos- con las bellas artes, concretado en
certámenes, bienales, nuevos materiales y concursos ungidos como
símbolos de tal hermandad donde el cinetismo cumpliría un rol de
importancia.
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