ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO VII
 LA HIDRO-ESCULTURAGenerativos
 
07/06 LAS TEORIAS ESTETICAS DE KOSICE.       



 Interrogado por la prensa, Gyula Kosice pormenoriza sus inquietudes estéticas, declarando:

Calder utiliza elementos de movilidad a través del viento, Duchamp los rotores o cilindros giratorios. Yo introduje el agua y la luz. O sea el origen de la vida –en nuestro cuerpo hay una gran cantidad de agua- y lo único que puede derrotar las tinieblas. No busco expresar nada, son valores de presencia. Es una obra que no se puede explicar y a la vez, curiosamente, es un arte para todos.

No es un problema de gustación ni de esteticismo sino de valores vitales. Los niños y los adolescentes son los que se ven más identificados, los que sienten con mayor intensidad esa presencia… Estoy creando cosas que no se hallan en el plano de la inmediatez, sino que tienen proyección hacia un cambio.

Creo un arte del presente que tiene un vigor y una necesidad de dicción para ahora. Si llega a servir para más adelante no soy yo quien debe decidirlo, ya que no me falseo a mí mismo trabajando con las miras puestas en la posteridad. Simplemente trato de llenar la parábola de vida que me corresponde. La gente ve mis trabajos y de alguna manera piensa en otra forma, porque siente que se avecinan cosas distintas. La pintura de caballete ya no interesa. Vivimos otra época y de pronto no cuentan los testimonios privados, puesto que la aventura humana no puede quedarse en el plano de la expresión personal.

El arte como expresión individual terminará por desaparecer.

Por eso mi máxima ambición es crear cosas invendibles, que por su tamaño y su finitud no tengan precio.

La experiencia visual no me interesa. La experiencia vital es la que más me interesa. Considero que la vida es más importante que el arte.

La vida es una expresión personal, única, intransferible. En cuanto al arte, no sé todavía qué es, pero el primitivo necesitó hacer vasijas de barro que de inmediato sirvieron para algo, que él necesitó primordialmente decorarlas. Ese sentimiento, mejor dicho esa necesidad estética o de adorno, fue tan importante como la vasija misma.

Mis obras son útiles en el plano egoísta; me hacen vivir porque es a través de esta expresión que siento que vivo. Además, el objeto en sí tiene el sentido de ocupación de un espacio, movilizándolo en sentido creador. Esas nuevas perspectivas ofrecen una transformación no sólo en el plano visible sino de comportamiento humano. Más que la representación me interesa la presentación.

Toda la historia de la plástica en el plano totalizador siempre fue representación, Lo mío es diferente. Yo no imito la Naturaleza; creo otra diferente con los mismos elementos que ella me brinda.

No quiero atrapar al agua sino crear energía a partir de ella y arquitecturizarla dándole toda la libertad. Lo que quiero hacer es obras invendibles en el plano no solamente humano sino cósmico… Propongo el diálogo de la cosa creada con la vida. La nacionalidad de la gente es el lenguaje. Y me siento muy argentino, defiendo lo argentino y apoyo lo argentino; a partir de allí hago un arte con visión universalista[104].

 

 

 

 

 

 

[104] Diario “Clarín” (revista). “Gyula Kosice. La inspiración en una gota de agua”, por Diana Castelar, febrero de 1970, Bs. As.

 

 

 

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