ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO II  
LOS PRE - CINÉTICOS
 
02/11 TEORIZACIONES DE LOS CONCRETOS          
 

            Un factor decisivo para el logro de una nueva adecuación estética de las artes plásticas nacionales fue la intensa prédica de los grupos concretos, desde el instante de sus formaciones; en la revista Arte-Concreto-Invención se analizaba la estética del grupo en un artículo teórico de Maldonado. Su texto expresaba:

 Los futuristas se rebelaron contra la exaltación cubista de lo estático; más como la representación de lo estático es, asimismo, un modo de abstracción, estas críticas se extendían, en verdad, al arte abstracto en general. No obstante, en la práctica, los futuristas no supieron dar al problema del movimiento otra solución que no  fuera abstracta. En lugar de concretarla en el espacio se limitaron, una vez más, a representarlo.

Ahora bien: después del cubismo y del futurismo, agotadas ya todas las formas de abstracción y de representación, la necesidad de concretar el espacio, el tiempo y el movimiento era la inquietud más sentida por todos los pintores que, desde sus respectivos campos bregaban por una transformación radical del arte. Así, en Rusia, como reacción a las experiencias meramente abstractas de Larionov, que reducía el problema a la imitación de rayos luminosos (rayonismo, 1910), Malevitch y Rodchenko, en 1913, se esfuerzan por tornar más sutil la lucha por la objetivación de la pintura.

La no representación, en un sentido general, se da por sobreentendida; de lo que se trata ahora es de combatir los residuos que facilitan la aparición ficticia de cosas, que, aunque no se había  buscado representar, emergen por sí solas a los ojos del espectador. Malevitch y Rodchenko reparan que, si bien se trabaja con elementos geométricos, el espacio y el tiempo siguen representados sobre sus telas y, por ende, también las cosas, cosas menos cotidianas, de naturaliza geométrica, pero cosas al fin.

Es precisamente aquí cuando comienza a plantearse el problema: MIENTRAS HAYA UNA FIGURA SOBRE UN FONDO, ILUSORIAMENTE EXHIBIDA, HABRA REPRESENTACION. Pero, ¿cómo resolver este problema?. Malevitch tiene la solución tonal: blanco sobre blanco. Y al encontrarse con una superficie monocroma y monotonal descubre el alto valor estético y concreto del plano, iniciando la era de su exaltación. En Holanda, durante la primera guerra, Mondrian, Vantongerloo, Van Doesgurg, y más tarde el soviético Gorin, Moss y Einstein preconizan una pintura plana en el plano, que ellos denominan abstracto real. Pero el problema no está todavía resuelto, recién ha quedado revelado el valor concreto del plano, resta verificar su efectividad estética en campos ajenos al estrictamente bidimensional.

Los rusos Gabo, Pevsner, Tatlin, Miturisch, los hombres del taller “Olmuchu”, Meduniezki, Lissitzki y el mismo Rodchenko (…) dan los primeros pasos en este sentido y formulan, alrededor de 1920, una estética realista constructiva. “Las bases fundamentales del arte” -dicen los dos primeros en un manifiesto publicado en la URSS en 1920- “deben  reposar sobre un terreno resistente: la vida real. El arte si quiere comprender la vida debe basarse en el espacio y en el tiempo.”

Los participantes de esta escuela realizan objetos de vidrio, hierro, acero y otros materiales. El plano es usado por ellos como elemento espacial. No obstante, estas primeras experiencias no podían lograr aún su finalidad; los realistas constructivos tropezaban a cada instante, por un lado, con el problema del plano, todavía no resuelto; por el otro, con la ausencia de un método de composición espacial.

De ahí que fuese necesario que tanto el planteamiento hecho por Malevitch en lo referente al plano como las búsquedas de una composición verdaderamente no-representativa, cumpliesen, o se tratase de hacerles cumplir, todas sus etapas de desarrollo y crisis.

El plano, antes de ser lanzado a cualquier tipo de aventuras espaciales, tenía que perder, progresivamente, su modalidad ortogonal, despojarse de todo estatismo y aprender a valer como dirección, como trayectoria en el espacio…la plenitud concreta del espacio-tiempo se logra en lo dinámico y el anhelo de realizar objetos de esta naturaleza se torna inquietud predominante.

Los militantes del Movimiento Concreto de la Argentina iniciamos hace algunos años nuestra tarea de investigación e invención, tratando de resolver los problemas fundamentales y alejarlos así, definitivamente, del tremendal del expresionismo del superrealismo, o de cualquier otra forma artística idealista y representativa…

Nuestros primeros pasos estuvieron enderezados a replantear todos los problemas del arte no-representativo desde Malevitch hasta nuestros días, buscando, claro está, soluciones más certeras y exhaustivas; comprendimos desde un principio que las mayores insuficiencias del arte no-representativo tenían su origen en no haberse logrado ni una nueva composición ni la liquidación definitiva de lo ilusorio…

…llegamos al descubrimiento máximo de nuestro movimiento: la separación en el espacio de los elementos constitutivos del cuadro como “organismo continente”, quedaba abolido. Después de tantos años de lucha lo concreto había sido logrado y recién a partir de este instante la composición no –representativa podía ser una verdad: lo era ya de hecho.

Hoy, el arte no-representativo se encuentra, por primera vez, en la posibilidad de encarar el espacio y el movimiento desde un punto de vista absolutamente concreto[33].

                La inquietud de los concretos por conquistar el movimiento se contaba entre sus principales objetivos.

            La teoría de los concretos posibilitaba la aplicación de motivaciones de orden perceptivo sobre el movimiento –entre otras lecciones surgidas del ordenamiento geométrico- pero el mismo no pasaría de ser una ilusión óptica al aparecer re-presentado en los ejercicios plásticos; los concretos alternaban formas pintadas sobre planos (desprovistos del tradicional marco) con formas corporizadas en madera o metales, pero resueltas esencialmente con imágenes geométricas y con la ausencia total del tema anecdótico, en pos de la búsqueda del Espacio-Tiempo- Movimiento en la faz inventiva.

            Molenberg estructuraba formas semitriangulares, desintegradas y en oposición, con proyecciones dinámicas; Maldonado insertaba en un eje de varilla a otras varillas con variadas direcciones; Iommi doblaba a un alambre con formas parabólicas, inserto en un rectángulo de material metálico; Lozza desarticulaba varios planos oponiéndolos en diagonales; Prati desarrollaba formas planas (trapecios, triángulos y rectángulos) a las que unía mediante varillas, corporizando una ágil estructura; con similares realizaciones plásticas participaban Souza, Mónaco, Espinoza y Núñez planteando problemas de espacio. Esto lo aclara Iommi:

 Fue por ese año (1950) cuando comprendí la razón íntima de mis realizaciones, trataba de trabajar el plano que proveía la lámina del metal elegido, para “materializarlo” incorporando en él al espacio[31].

            Para ello Iommi recurría al bronce, cobre, acero inoxidable, el anticorodal y el mármol desmaterializando sus esculturas. Tras el viaje a Europa y los Estados Unidos, el artista aclara conceptos diciendo: 

 La revelación se produjo frente al contraste de las dos civilizaciones. Toda la escultura de Europa, incluyendo entre ella a las catedrales góticas, ha sido creada en función del ámbito de la ciudad; se resguarda en ellas, participando en los “espacios” provocados por sus cerramientos. Todo juega armónicamente a “escala humana”. Dan testimonio fehacientes ejemplos que se multiplican siendo quizás el más representativo la Piazza de la Signoria de Florencia. Al desembarcar en Nueva York advertí de inmediato que allí lo “humano” daba lugar a lo “espacial”. Arquitectura y escultura en la ciudad han sido concebidas en otra escala. Allí era el Espacio Abierto lo que contaba. Se aclaraban mis ideas; la desmaterialización del volumen logrado en obras que contaban en sí mismas, aisladas como objetos individuales, darían paso a realizaciones integradas al “espacio”, participando, formando parte de ese ámbito total en que el hombre de hoy se encuentra involucrado[32].

            En pos de materializar plásticamente la trilogía Espacio-Tiempo-Movimiento, el arte concreto obtenía positivos resultados espaciales con la eliminación del marco que liberaba las formas, y, las tensiones espaciales con sus formas metálicas, pero la conquista del movimiento real y el tiempo aun no se avizoraba.

 

 

 

 

 

 [31]   Catálogo de Enio Iommi de la galería Bonino, 1969, Bs. As.

 [32]        Catálogo de Iommi, cit.

[33] Revista “ARTE CONCRETO-INVENCION”, 1940. Bs. As.

 

 

 

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