ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO VII
 LA HIDRO-ESCULTURAGenerativos
 
07/01 1957. LA ESCULTURA HIDRAULICA 

 

Cuando en 1957 Gyula Kosice estructura con plexiglas y el agua a una forma plástica que se inscribe en el Arte Cinético como la escultura hidráulica, incorpora al líquido elemento como ente dinámico, a la vez que tiene como fuente motivadora del movimiento a la colaboración obtenida de la tecnología.

            Conocedor de la prédica del futurista italiano Boccioni (“Los futuristas destruyeron el concepto del reposo –la estática- y propusieron el del movimiento –la dinámica-. Demostraron una nueva comprensión del espacio, al destacar el contraste entre lo exterior y lo interior”) (1912), lector consecuente de Moholy-Nagy (“La luz –como energía-tiempo espacial y su proyección- contribuye notablemente al adelanto de la escultura dinámica y a la obtención del movimiento virtual”) (1929), compenetrado de las teorías del Bauhaus (1942) y las obras cinéticas de Gabo Pevsner, Calder y Duchamp, Kosice descubría una posibilidad inédita con L’eau en mouvement diseñada en París, al provocar el movimiento real en la obra de arte con la utilización del agua.

            Un diseño funcional y el uso del plexiglas desprovisto de color y dotado de transparencia –cuya propiedad refractaria de los rayos luminosos otorgaba nuevas posibilidades- concedían prioridad visual al permanente movimiento del agua por el interior del objeto - escultura, materiales a los que Kosice incorpora –más tarde- el aluminio, el motor y la electricidad inscribiéndolas en creaciones con fuentes tecnológicas.

Teniendo como norma a la premisa madí: inventar y crear, Kosice alternaba a piezas fijas en rotación, movimientos ascendentes o descendentes, con el agua como elemento inédito y principal, historiando al creador con estos conceptos:

 En un momento dado escribí “acunar una gota de agua a toda velocidad, destruir su arquitectura…” Acunar una gota de agua ya es un absurdo y a toda velocidad, peor, entonces dije:

Tengo que patentizarlo en el espacio, tengo que ver esa imagen, tocarla, ver qué pasa. Empecé a trabajar con el líquido, hice semiesferas, mesas de agua, puertas, ventanas, alhajas, cualquier cosa.

Pensaba en cómo llegar a objetivar el agua y que no se me cayera de rodillas en el suelo por la ley de gravedad; yo quería elevarla –como dijo Francis Ponge- a nivel de los ojos. Necesité de la cosa cinética, la luz, el agua, el movimiento…Si no interesó el agua fue porque es energía de sustentación del hábitat hidroespacial, porque puedo hacer esculturas que no se habían hecho antes.[96] 

 

 

 

 

[96] Diario “La Opinión”, “El elegido del agua” por Raúl Vera Ocampo, 21-11-1976, Bs. As.

 

 

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 LA HIDRO-ESCULTURA