ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO XII
COMPUTADORA, RAYO LASER, VIDEO
 
12/05 1971-1978. EL RAYO LASER    

 

En el año 1951 Charles H. Townes, del Instituto Tecnológico de Masachussetts, concibe la idea de obtener microondas más cortas que las existentes –por medio de la actividad atómica o molecular controlada- lo que logra en 1961, bajo la forma de emisiones de luces no registrables por el ojo humano que recibieron el nombre de rayo láser (light amplification by stimulated emission of radiation, o sea, ampliación de la luz por la emisión de radiación estimulada); esto permite transformar todos los componentes de la luz en un haz  finísimo y el desplazamiento de las ondas en un orden regular, estrecho y rectilíneo.

            El 2,3 y 4 de abril de 1971 el arquitecto cordobés Gregorio Dujovny realizó en la sede del CAYC unas experiencias con el rayo láser, como un material apto para la creación estética, en el curso de tres jornadas.

Después de atravesar las salas donde se exhiben los diseños de varios artistas efectuados mediante computadoras (entre los que se encuentra un trabajo suyo) en el último subsuelo, un intenso como fino rayo de color rojo vivo danzaba al ritmo de una música. La misma estaba grabada en una cinta magnetofónica, el parlante conectado a uno de los espejuelos del rayo láser, de tal modo que las vibraciones sonoras hacían que éste se moviera desplazándose en distintos ángulos, a la vez que el mismo atravesaba un disco formado por vidrios de diversas calidades que provocaban reflexiones luminosas, creando imágenes geométricas audaces y singulares –aunque algo monótonas- que cambian constantemente, quizá a un ritmo demasiado acelerado.

El efecto producido es comparable al mezclar el tambor lumínico de Le Parc, combinado a ciertas imágenes logradas por Mac Laren en la banda sonora de una película. Sólo que las primeras son de una naturaleza rítmica más plástica y armoniosa en sus desplazamientos, que la vertiginosa aceleración de ésta, teniendo como campo de proyección las tres caras de la sala.

En cuanto a lo segundo, las experiencias del canadiense, son la transferencia del sonido a través de la célula fotoeléctrica; en el caso actual es más superficial y mecánica, pues la conexión directa hubiera significado el riesgo de arruinar un aparato que cuesta alrededor de 2.000 dólares. [142]

 

Estas investigaciones se llevaron a cabo con tres equipos: helium – neón – gas Láser LT 1-500 y He Ne 2.0 MV, anunciando el arquitecto Gregorio Dujovny otras experiencias en base al citado rayo: enrarecimiento de un ámbito con humo para producir la mejor visualización del rayo y hacer resaltar los efectos tridimensionales; la proyección de imágenes sobre una pantalla natural (un plafond de nubes bajas, o un día de niebla) como lo ejecutara –a principios del siglo- el danés-americano Thomas Wilfred al extender la experiencia a un plano espacial, un hecho posible al tener el rayo láser un alcance de treinta kilómetros; adquirir el rayo láser de luz verde, obtenido con gas freón, para contar con rayos de dos colores.

            En las experiencias previas, Dujovny recurrió al uso de prismas que desviaban la luz; valiéndose de electroimanes, no logró su objetivo, consiguiéndolo con el agua.

El 22 de octubre de 1978 un sector de la Ciudad de Buenos Aires se conmovía ante un fenómeno luminoso aparecido sobre el cielo en la zona de Palermo, citándolos como OVNI (objeto volador no identificado).[143]

            Veinticuatro horas después, el hecho se aclaraba con las declaraciones del empresario del espectáculo Laserium, Willy Feliú, informando que se habían filtrado al exterior del planetario Galileo Galilei unos haces de luces del rayo láser provocando la aparición de formas geométricas y coloreadas en áreas del firmamento porteño.

            El espectáculo tenía origen en febrero de 1975 en el planetario de Hayden (Estados Unidos) con el uso del rayo láser y partituras musicales de Aaron Copland, Johann Strauss, Respighi, Billy Preston, Gustav Holst, Emerson, Lake y Palmer.

Al comenzar el concierto, que dura menos de una hora, se ve el firmamento familiar con estrellas en un cielo nocturno. Luego, los haces de luz Láser chocan, saltan, se estremecen y ondulan sobre la superficie del domo del planetario, con fantásticos rojos y verdes, blancos y azules y así sucesivamente. Por momentos, son telarañas delicadamente entretejidas y luego se convierten en líneas rectas saltarinas en un frenético movimiento molecular. Hay grandes círculos que se desintegran en puntos, los que a su vez se esparcen en forma tridimensional.

Aunque el programa básico es el mismo, el laserista que opera el tablero de mando durante cada función se deja llevar en parte por su propia vocación artística de manera que hay algunas variaciones entre cada lugar y cada presentación.[144]

Al trasladarse el programa a Buenos Aires, y ante la similitud con algún OVNI, el empresario Feliú manifestaba:

Dos técnicos norteamericanos operan el equipo que produce un rayo láser de baja frecuencia, que a su vez, pasa por filtros especiales para dividirse en varios miniláser. Estos, al atravesar otros filtros, son proyectados en amarillo, verde, azul y rojo para reflejarse en la bóveda del planetario en múltiples combinaciones de singular belleza, figuras geométricas regulares e irregulares, círculos que giran a toda velocidad, se superponen y descomponen con ritmo de vértigo, para aproximarse o alejarse de acuerdo a la voluntad del operador, hasta volver a convertirse en cuatro minúsculos e inofensivos puntos de color. [145]

Los modelos más simples están compuestos por un tubo, dentro del cual las moléculas de un mineral o un gas son excitadas por una descarga eléctrica para que se produzca la luz; al borde de cada punta del tubo hay un espejo, y la luz oscila entre los dos espejos fortaleciéndose al formar un haz concentrado, en el que cada uno de sus rayos, es de la misma longitud de onda; uno de los espejos permite que por una mirilla parte de esa luz salga al exterior, formando un haz muy fino que puede recorrer grandes distancias.

 

 

 

 

 

 

[142] Diario La Razón, “Piruetas de un rayo láser en Buenos Aires” por Hernández Rosselot, 10 de abril de 1971, Bs. As.

 [143] Diario La Nación, nota titulada “Fue aclarado…”, 24-10-1978, Bs. As.

[144] Diario La Nación, nota “Música con proyecciones de rayo láser: una nueva experiencia”, 5-2-1975, Bs. As.

 [145] “Fue aclarado…”, art. cit.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CAPITULO XII
COMPUTADORA, RAYO LASER, VIDEO