Correspondió a
Duchamp
–un consecuente pintor del movimiento y lo
dinámico- la prioridad en pasar de la tela, donde
re-presentaba la dinámica, a la realidad artística con
energía; ello ocurrió en 1913 cuando
Duchamp
construye una especie
de
móvil (ready-made) acoplando una
rueda de bicicleta sobre dos sillas (a accionar por el espectador)
en procura de experimentaciones; pero desechando todo interés
creativo; en 1920
Duchamp
expone un aparato giratorio con el título
Rotative plaque verre
2
(optique de precision).
Era el tiempo en que
Albert Einstein
teorizaba sobre la relatividad, con la
Torre Eiffel nacía la Era del Hierro, la industria producía el
primer plástico (la bakelita) y se concretaba el primer móvil
(1920) dotado de movimiento real y propio que se inscribe en la
historia del arte:
Gabo Pevsner daba forma a una especie de resorte
de acero que, al oscilar, provocaba diferentes estructuras
imaginarias en el espacio mediante su energía y desplazamientos.
Junto con su hermano Antonio,
Gabo
declaraba en el
Manifiesto
realista o constructivista
2
divulgado en Moscú en 1920:
Cinética:
ciencia del movimiento de los cuerpos producidos por las fuerzas que
actúan sobre estos. El movimiento abarca las ideas del espacio y
tiempo. Medimos el espacio por el tiempo que un cuerpo cualquiera
pone en moverse de una parte a otra de ese espacio.
Heráclito fue el
primero en insistir en que el movimiento, como hecho, constituye el
aspecto más característico del universo. |
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Por primera vez se aplicaba el término cinético para
definir a una obra artística
dotada de movimiento.
Cinético
(del griego kinematikos) significa que tiene al
movimiento como principio, siendo también definido como
kinesis (movimiento) – stasis (fijeza), en el
Diccionario de Filosofía y Sicología de
James Mark Baldwin se lee:
1)
Para responder a la vida real, el arte debe basarse sobre dos
elementos fundamentales: el espacio y el tiempo.
2)
El
volúmen no es la única expresión espacial.
3)
Los elementos
cinéticos y dinámicos pueden permitir la expresión del
tiempo real: los ritmos estáticos no son suficientes.
En
los ritmos dinámicos de nuestras obras el tiempo interviene como
factor de emoción. El tiempo es la sustancia ideal de nuestras
construcciones, el campo mismo del movimiento de las figuras
sucesivas de nuestras obras. Nosotros lo denominamos
Cuarta
Dimensión. |
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En
la década en que el átomo era desintegrado por
Rutheford, se
descubrían los rayos cósmicos por
Millikan y en Londres nacía la
televisión (27-1-1926), uno de los integrantes del grupo
Bauhaus, el
húngaro
Lászlo Moholy-Nagy redactaba conjuntamente con
Alfred Kémeny
el Manifiesto de la escultura cinética (1922) y
experimentaba con el
modulador lumínico espacial con motor
(1930) aplicando la electricidad y la mecánica, reiterando el
calificativo cinético para definir al Arte del
Movimiento. Sobre el significado del término dice Elena de Bértola:
Nuestro problema particular consiste en determinar la significación
que debemos dar a la palabra
CINETICO en el dominio del arte.
Lógicamente no pretendemos agotar en una definición los múltiples
aspectos de la obra de arte cinética.
A partir de un sistema de referencia particular (centrado en los
datos de la percepción) llegaremos a enunciar sus propiedades
esenciales. Sus dos componentes, el MOVIMIENTO y la TRANSFORMACION,
se presentan inmediatamente a la percepción en forma diferencial en
relación con otras obras.
El desplazamiento físico del espectador, así como la manipulación,
actualizan la transformabilidad de la obra. Por ello la palabra
CINETICO
no se aplica solamente a las obras en movimiento sino
también a las obras transformables. Es necesario señalar que la
transformación implica, en cierta medida, movimiento.
En este caso se trata, o bien del
movimiento del espectador que se desplaza con el objeto de descubrir
aspectos cambiantes en la obra, o bien del movimiento implícito en
la manipulación (acción manual que cambia la posición de los
elementos en la superficie plástica) o, finalmente, del movimiento
de los elementos exteriores (por ejemplo, la luz) que permite
percibir las distintas fases de la obra.
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La
creación cinética la había anunciado
Piet Mondrian al declarar:
El
arte no sólo perdurará, sino que ha de realizarse más y más. La
unión de la arquitectura, la pintura y la escultura a sus más altos
niveles, creará una nueva realidad plástica. |
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A
su vez
Moholy-Nagy afirmaba que la lucha ética – estética del hombre
en los últimos 180 años se desarrolló en torno a la plena
utilización de su capacidad constructiva.
“El arte y la cuarta…”
Art. cit.
Impuesta universalmente la denominación CINETICO, en
Argentina la usó por primera vez el Grupo MADI (creado en
Buenos Aires en 1946) a través del N° 2 de la revista MADI
(1948) en los textos de Gyulia Kosice sobre la geometría,
arquitectura, escultura y pintura cinéticas.
“El arte cinético”
por Elena de Bértola. Editó Nueva Visión, 1973. Bs. As.
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