ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO IV  
LOS GENERATIVOS Los Generativos
 
04/02 1957. PRECURSORES DEL ARTE ÓPTICO EN BUENOS AIRES.   

 

     Las primeras muestras de la influencia del arte óptico en Buenos Aires la constituyeron, en 1957, las búsquedas pictóricas de tres artistas nacionales: Roberto Aisemberg, María Martorell y Julián Althabe, inspiradas en los efectos ópticos para el espectador que indagara Vasarely, las propuestas generativas de George Vantongerloo así como las teorías de los hermanos Pevsner.

Aisemberg, alumno del pintor surrealista Juan Battle Planas, desde sus primeros trabajos incorporó a la luz, la arquitectura, la geometría y el espacio metafísico como signos plásticos para estructurar obras surrealistas y de abstracción geométrica.

     En Marinero (1957), Personaje y Pintura, recurre al uso de planos geométricos reiterados; en Mujer y columna (1958) y Personaje (collage, 1959), re-presenta al movimiento, pero la mayor intención cinética se ubica en Pintura (1957), óleo sobre tela (colección Linley Wood de Sánchez Elía). Esta obra plantea una incitación al ojo humano a generar movimientos, como postulaba Vasarely: sentido múltiple de los planos, curvaturas del diseño determinador de ondas.

     Las influencias del Op-Art reaparecen en Personajes habituados a reflexionar (1964 –1965), Pintura (colección Jacobo Romano y señora, 1966 –1967) y Pintura (colección Ignacio Acquarone, 1966 –1967).

María Martorell: residente desde 1954 en París merced a una beca, afirmaba que dicha estadía, hasta 1956, señaló el momento decisivo de su carrera “…el de la iniciación y el desarrollo de las formas que me han servido para expresarme en adelante: formas abstractas, geométricas…” resultado de su frecuentación de los talleres de George Vantongerloo, Pevsner, Soto y Schöffer, y a su regreso a Buenos Aires se dedicó a estructurar formas geométricas y dinámicas.

   Martorell expuso en la galería “Antígona” (1957) unas pinturas abstractas y dinámicas donde, inicialmente, planteaba formas generadoras para procurar efectos ópticos en el espectador; dueña de una metodología propia en la investigación de la pintura abstracta, desde 1968 desarrolla un signo propio con un mínimo de signos: las ondulaciones o bandas cromáticas. Con el ascetismo que pudiera observar en las obras de Mondrian y Vantongerloo, Martorell reúne en la tela a reiterados planos curvos, ondulantes, aplicándoles tonalidades bicromáticas: azul – rosado, azul – amarillo, amarillo – violeta, determinadores de escalas o gradaciones de una sensible luminosidad.

Althabe: integrante del Grupo 20 pintores y escultores desde 1952, es el tercer plástico argentino inspirado en el arte óptico, a través de los dibujos espaciales que exhibe en Van Riel (1957) con el citado movimiento; son formas ejecutadas con hilos que generan al movimiento representándolo.

En su análisis sobre la obra, dice Althabe:   

Después de Mondrian parece imposible despojar más. Ha cerrado con rejas ortogonales al mundo bidimensional y aunque él se ha quedado preso dentro ha abierto la puerta al orden espacial. Porque sólo las formas tan simplificadas de los concretos, con  Mondrian a la cabeza, hacen posible el paso a lo tridimensional ya de por sí tan cargado de enigmas.

Como el mundo sigue transformándose, las nuevas geometrías que se resuelven sobre superficies esféricas y seudoesféricas, tridimensionales en sí mismas, arrasan con lo bidimensional; y son más valederas porque significan los avances de la ciencia y de la técnica.

……..

Tan importantes son las leyes de la visión que ya Cezanne reconocía la necesidad de ordenar sus propias sensaciones.

Poincaré afirma que el orden de la sensación es el que ha engendrado la tercera dimensión y que si la intuición sensible se hubiera ordenado por otro camino quizá ya los hombres pensarían cuatridimensionalmente.

Aquí nace mi urgencia: agregarle a la vida espiritual, que indudablemente tiene el concretismo, la vida sensible que es propia del arte; dar “la imagen sensible de lo tridimensional”, o dicho de otro modo, hallar en lo tridimensional el equivalente del dibujo tradicional, con lo que intente expresar tan fuerte y precisamente el espacio que pueda llegar a sugerir la cuarta dimensión.

         …….

Nótese que las imágenes tridimensionales aquí expuestas apuntan al tiempo simultáneo. Desde cualquier mira se las ve totalmente sin que nada tape la visión real y distinta.

…….

Estas imágenes tridimensionales, confirmando su propia ubicación, su propia profundidad, intentan exaltar el espacio. Exigen el hallazgo del material adecuado para sostenerse materialmente las líneas sin soporte, sin el equivalente de la tela para el trazo del lápiz[46]

 Generando formas con hilos, Althabe estructuraba espacios asimétricamente cruzados, tensión en rojo, tensiones espaciales, tangentes en politopo, planos transparentes, volutas y símbolos varios.

 

 

[46] “Bases para un posible arte cuatridimensional”, texto del catálogo “”Julián Althabe”. Galería de arte “Gradiva”, agosto – septiembre de 1979. Bs. As.

 

 

http://www.cursosarteycultura.com.ar/curso_02.php

https://www.neo2.com/paul-sende-arte-optico-desde-buenos-aires/

 

 

 

 

CAPITULO IV  
LOS GENERATIVOS Los Generativos