ARTE CINÉTICO ARGENTINO

        por OSCAR HAEDO

 
 
CAPITULO X
CINETISMO SOCIOLOGICO Y EPISTEMOLOGICO
 
10/03 1965. LA MENESUNDA. EL BATACAZO     


La Menesunda” estaba integrada –en su montaje en el Di Tella- por un túnel a cuyo término aguardaba al visitante una maquilladora, una gran cantidad de papel picado inundando los ambientes, tres televisores en los cuales se reflejaba la imagen del visitante, que –iluminado por luces de neón de todos los colores (apagándose y prendiéndose)- desembocaba en un cuarto negro provisto de un enorme disco telefónico, todo ello a través de dieciséis habitaciones que brindaban sensaciones obtenidas mediante sonidos, luces y televisores.

De este recinto citado de color negro se podía salir apoyando la mano en el número justo, únicamente, en tanto se percibían auditivamente los insistentes toc-toc-toc de la hora telefónica muy ampliada.

Los túneles estaban impregnados con olor a creosota, con escaleras y cámaras heladas, complementándose el happening con una habitación equipada con una cama matrimonial, dentro de la cual una pareja se abrazaba públicamente, cobrando $1.000 diarios por tal actitud.

El Batacazo” -galardonado en 1965 con el Premio Di Tella- constaba de un ambiente único, subdividido para la participación del espectador; lo integraban siluetas de cuerpos humanos desnudos (de acrílico), muñecos de plástico con articulaciones, luces de neón de colores, abejas encerradas entre vidrios, un tobogán para caer sobre una gran muñeca, 100.000 moscas y 50 conejos reales.

Sobre “El Batacazo” dijo Marta Minujin:

Este es un suceso plástico, algo que yo he hecho para que todos colaboren conmigo en su permanente realización.

Yo y el espectador estamos en un mismo plano de creación.

No hay una dicotomía, hay una unidad.

Dinámica, cambiante, alucinante, infinita.

…la pintura de caballete está definitivamente muerta. Y enterrada.

EL BATACAZO actúa en forma compulsiva sobre el espectador. Lo obliga a despertarse y a vivir, por acción directa de lo insólito, de lo sorpresivo, de circunstancias desconectadas de la realidad. Todo eso desata sus trabas, diluye sus inhibiciones y entonces actúa en plena libertad… EL BATACAZO  pertenece a un arte distinto, a un arte vital.

Y no reside en los mecanismos y objetos que yo he realizado, sino en el instante en que el espectador vive.

            Un estudioso de las distintas actividades del Di Tella, Oscar Masotta, analiza la creación de Marta Minujin escribiendo:

El Batacazo es ante todo una antipintura y una antiescultura, y por lo mismo un objeto (como se dice en Buenos Aires; un objeto y no una ambientación). Es decir, algo que ocupa el espacio real del espectador y que puede ser gozado con la vista, constituirse en receptáculos de valores visuales, en portador de una imagen. Pero simultáneamente, y sucesivamente, el espectador queda obligado a constituirse en participante, a recorrer los momentos espaciales interiores de la imagen, a vivir con el cuerpo y desde adentro o por adentro, lo que hace un momento miraba desde afuera, sobrevolaba con los ojos.[117]

 

 

 

 [117] HAPPENINGS, por Oscar Masotta, editorial Alvarez, 1967, Bs. As.

 

 

 

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CINETISMO SOCIOLOGICO Y EPISTEMOLOGICO